miércoles, 9 de noviembre de 2011

JAURÍA HUMANA

Películas sobre violencia, masacres, psicópatas y nihilistas; eso es lo que abunda en este libro. Escrito por cinéfilos tan particulares como Javier Urra, psicólogo forense, o Eduardo Torres-Dulce, fiscal del Tribunal Supremo, Jauría humana: cine y psicología,además de un manual cinematográfico, resulta una inquietante radiografía del crímen.
 
La palabra jauría asusta porque sugiere un campo semántico aterrador: alaridos, golpes, carne, muchedumbre, Hobbes, o incluso esquizofrenia. Los autores del libro Jauría humana: cine y psicología utilizan esta palabra como excusa para un libro peligroso. Así que cuidado: su contenido, que gira en torno a la violencia, lo sangriento y la justicia, engancha; y mucho.
Se trata de un volumen de 320 páginas donde abunda el gusto por el cine y el rigor ensayístico. El libro recopila películas de Alfred Hitchcock, Stanley Kubrick, Clint Eastwood o también obras de directores españoles como Alejandro Amenábar o Luis García Berlanga. El punto en común de todas ellas: los personajes. En todas aparecen asesinos, delincuentes, grupos de exaltados... En definitiva, gente con ganas de matar y gente con ansias de justicia. Así que los autores optan por organizar las películas con un objetivo común: mantener un debate continuo con el lector.

Además, por si la recopilación de películas no llama la atención, los ensayos de Javier Urra traen premio. Sí, porque Urra, además de cinéfilo, es psicólogo forense, y se nota. En sus textos suele narrar casos reales del juzgado de turno para comparar la personalidad de los distintos protagonistas. De este modo, el autor logra correlatos sorprendentes con la vida real. Por ejemplo en la película Seven, donde este forense cinéfilo remata su ensayo con el caso de Javier Rosado y su compinche: dos muchachos que mataron a un empleado de la limpieza en Madrid, según un plan previo (un supuesto juego de rol). En el caso de este artículo, Urra incluye la descripción de los hechos de este asesinato e incluso un fragmento espeluznante del diario de los jóvenes. Y lo cierto es que en ocasiones, las narraciones salpican de tan sanguinarias como resultan.

Esto puede resultar un punto negativo, pero no: el libro está bien escrito, se sigue rápido y supone un manual muy completo con que conocer la trayectoria de directores, actores, cine de género, etcétera. Que a esto se añade la experiencia profesional del equipo de redacción, pues mejor; los textos tienen un enfoque particular muy condicionado y los autores dejan clara su pasión por el cine. De este modo, el cinéfilo adicto consigue su dosis de placer con todo este material, y el lector asiduo se entretiene con un ensayo sobre el crimen y la psicología del criminal.

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